El 21 de noviembre de 1936, quince hombres que permanecen en una celda de la Prisión Provincial de León son llamados a las cuatro de la madrugada. Sus nombres son Manuel Santamaría, Emilio Francés, Ramiro Armesto, Modesto Sánchez ‘Cadenas’, Félix San Pedro Jiménez, Jesús González Rodríguez, Onofre García García, Orestes Vara Lafuente, Atanasio Carrillo García Campomanes, Lorenzo Martín Marassa, Isidoro Álvarez López, Antonio Fernández Martínez, Lorenzo Martínez Baca, José María de Celis y Miguel Castaño Quiñones.
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| Reseña de todos los fusilados el 21 de noviembre de 1936. |
Todos conocen el protocolo, tan bien como quien los custodia. Saben que algunos podrán confesarse y comulgar, y varios lo harán. Son conscientes de que deberán firmar uno a uno su entrega al piquete de fusilamiento que habrá de cumplir la sentencia del juicio sumarísimo que les ha condenado a muerte por el delito de traición al alzamiento militar del 17 de Julio de ese mismo año.
No saben quién es ese joven alférez con cara aniñada e incipiente bigote que dirige la comitiva y el piquete, pero sí que ordenará montar en un viejo camión, en la parte de atrás descubierta, donde algunos familiares que llevan noches esperando este fatídico momento les darán el último adiós antes de que el vehículo arranque y en la marcha sufran las inclemencias de una noche de frío y niebla.
Que cruzarán la ciudad en semioscuridad. Que algunos ojos custodiarán su paso detrás de visillos y contraventanas, porque su final es un secreto a voces. Que enfilarán por la avenida de Madrid hacia Puente Castro y allí se dirigirán al campo de tiro militar. Que inevitablemente cuando desciendan pisarán huellas y charcos de agua y sangre de tantas noches antes que ésta. Que serán colocados en fila cuando las campanas de las iglesias de la ciudad repiqueteen las siete de la mañana. Que los miembros del regimiento de Infantería cargarán sus fusiles, que el aniñado mando llamado Tristán Falcó y Álvarez de Toledo dará la orden. Que habrá un fogonazo intenso y después muchísimo silencio.
Los quince saben que algunos familiares, siguiendo instrucciones de días atrás, recogerán sus pertenencias agujereadas y velarán sus cuerpos brevemente antes de ser trasladados al cercano cementerio de la ciudad, certificada su muerte y sepultados en soledad.
Yo me pasé casi tres años investigando, obsesionándome incluso, con esta historia cuyo final que arriba veis resumida. Muchos conoceréis que el resultado fue un amplio relato (Asesinaron La Democracia) que tiene forma de libro.
Es un orgullo que gracias a este esfuerzo personal, que yo equiparo al de cavar una fosa de tantas que quedan aún por descubrir, haya sido posible un acto como el que se celebró el miércoles 21 de noviembre de 2012, al cumplirse exactamente 76 años de esta escena descrita según los testimonios y documentos que se conservan del final de este grupo de hombres. Fue una de tantas sentencias de muerte cumplidas, pero en este caso recibieron los disparos buena parte de los más destacados dirigentes politicos, sindicales y sociales de la provincial de León que no lograron o no quisieron huir tras el golpe de Estado.
Miguel Castaño, ex diputado nacional y periodista, era el alcalde de León hasta el 18 de julio; Ramiro Armesto, presidente de la Diputación; Emilio Francés, nada menos que el gobernador civil, representante en León del Gobierno democrático y republicano; Félix San Pedro, presidente del Frente Popular; Lorenzo Martínez Baca, presidente del Comité local del Partido Sindicalista; Manuel Santamaría, miembro del comité local de Izquierda Republicana; Lorenzo Martín Marassa, diputado provincial por Unión Republicana; el pintor Modesto Sánchez ‘Cadenas’, socialista y secretario del Ateneo Obrero; Atanasio García Campomanes y Onofre Garcia, periodistas; Jesús González y José María de Celis, vinculados al Partido Comunista; Isidoro Álvarez López, sargento jefe de Serenos del Ayuntamiento; Antonio Fernández, del Sindicato Minero Castellano Leonés; y Orestes Vara, oficial de Correos socialista.
La Asociación Juventudes Activas de León (http://www.activasleon.org/inicio.html), empeñada en recuperar y valorar la figura no solo de Miguel Castaño sino de quienes le acompañaron en su fatídico final, ha impulsado con este otro acto de homenaje. Hemos contado con la emocionante participación del del grupo ‘Mil9’ (http://mil9.blogspot.com.es/), el PSOE local y UGT. Y es que, al emotivo acto en el cementerio, recordándoles a cada uno de los 15 con una rosa roja, siguió una doble charla-coloquio que versó sobre la violencia política franquista y sobre detalles de aquel juicio y fusilamiento del 21 de noviembre de 1936, a cargo respectivamente del profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de León, Javier Rodríguez González, y yo mismo.
Os dejo algunas imágenes, todas ellas mías, de ese día en el que, 76 años después, regresaron la memoria y la justicia.
| Javier Puerta Castaño, nieto de Miguel Castaño, en la ofrenda. |
| Uno de los participantes en el emotivo acto del cementerio de León. |
| Familiares de Castaño durante la actuación de 'Mil9'. |
| El presidente de Juventudes Activas, Miguel Álvarez, en la ofrenda en el monumento a todos los represaliados. |

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