'Asesinaron La Democracia', mi libro sobre el que fuera alcalde de León y periodista, Miguel Castaño, ha cumplido ya un año desde su publicación y me ha dado satisfacciones incontables. De todo tipo. Pero si hay algo de lo que estoy especialmente orgulloso es de que gracias a mi investigación de tres años y al enorme esfuerzo de recuperación de la memoria de un hombre bueno creo haber conseguido que su memoria no sólo quede en justicia restaurada sino que siga viva, que se enriquezca más a cada paso.
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| Castaño, Félix Gordón Ordás y Ramiro Armesto (también fusilado), foto de Pepe Gracia. |
Buena prueba de ello fue en su día que, ya publicado el relato, conseguimos documentación que demostró que gran parte de la sociedad leonesa más pudiente y posicionada arriesgó mucho por conseguir el indulto de la pena de muerte de Castaño y las otras catorce relevantes personas que le acompañaron en su desgraciada represión.
Es sabido que aquel esfuerzo fue en vano, y provocó aún mayor represión, pero es importante para salvaguardar el honor colectivo de la ciudad en favor de un hombre muy valorado en su época por todos, salvo los que decidieron abogar por el terror. Aquella novedad es atribuible al trabajo de Javier González Fernández-Llamazares, al que quiero desde aquí agradecer su valiosísima aportación. Espero que su inminente libro sobre la burguesía leonesa, que verá la luz en cuestión de días, sea un éxito y abra nuevas pistas para conocer aquella época negra y triste de León.
Otra sorpresa, tan reciente como que me llegó ayer, es la que os quiero mostrar aquí. He dicho en muchas presentaciones y conferencias que el reconocimiento de la figura de Miguel Castaño fue excesivamente tenue y tardío. 76 años pasaron para que se conocieran gracias a mi novela la mayor parte de sus logros y datos biográficos. Una calle con su nombre en la ciudad, un homenaje del primer alcalde socialista en su tumba y poco más habían sucedido antes del libro. Por fortuna, tras 'Asesinaron La Democracia', y siempre con el impulso incansable de la Asociación Juventudes Activas, pudimos rendir un sentido homenaje a Castaño y sus compañeros de represión el pasado mes de noviembre. Pero la memoria no descansa.
Hoy os enseño un escrito que el Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso de los Diputados y la Federal del PSOE envió en 1979 a la familia de Miguel Castaño Quiñones. Está firmada por nombres tan reconocibles como los de Ramón Rubial, Gregorio Peces-Barba, Alfonso Guerra o Felipe González.
La carta la conserva Matilde Santamaría, hija de Manuel Santamaría Andrés, fusilado junto a Miguel Castaño aquel aciago 21 de noviembre de 1936. Y como dije al principio, es un orgullo que aquella historia terrible aún se enriquezca con gestos y documentos hasta ahora enterrados y silenciados. Es una labor de todos.
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Firma de Miguel Castaño en su último documento firmado: la orden de cumplimiento de su pena de muerte. |